El comercio a través de las rutas marítimas quiere hacerse ecológico.
Aunque la mayor parte de los bienes de uso común vienen por barco a través de contenedores, según los estudios, el transporte naval es el sector que ocupa el tercer puesto en mayores emisiones de CO2.
El hombre recorrió los mares en barcos de vela desde la antigüedad. Egipcios, vikingos, fenicios, … La navegación de vela transportó durante miles de años a personas o mercancías. Pero, con el carbón primero y el petroleo después, los hombres quisimos dejar de depender del viento para mover nuestras naves. Autonomía total: mayor velocidad, independencia del viento, grandes tonelajes de carga, eficiencia. Esa es la cara de la moneda. La cruz, es que es muy contaminante, hasta el punto, de hacerse insostenible para el futuro como ha demostrado la historia por la vía de los hechos.
La Organización Marítima Internacional lleva tiempo alertando sobre la necesidad de “descarbonizar” el transporte marítimo de mercancías. Y una nueva conciencia se abre camino ya que el cambio climático es algo que nos afecta a todos.
Una empresa, llamada Wind Transport, se puso en 2011 a alquilar veleros a aquellas empresas que querían que sus productos ecológicos llegasen a los consumidores por vías marítimas igualmente ecológicas. Ahora, la mayor velocidad de navegación no es tan importante. Debido a la contaminación, las normativas ambientales obligan a limitar los nudos a los que viajan los buques para que contaminen menos. Así que, veleros y buques de contenedores, navegan actualmente a la misma velocidad. Esta misma empresa ha conseguido financiación europea para el desarrollo de un nuevo navío a vela que integrará tecnología renovable.
Por otro lado, a Comisión Europea, a través de su programa “Horizon 2020”, financia parte del desarrollo y la construcción del primer barco mercante propulsado principalmente a vela. Será un gran buque de 136 metros de eslora y 24,2 de manga, que alcanzará los 11 nudos marítimos gracias a 4200 metros de vela y cargará unos 280 contenedores de mercancías. Aunque contará con un motor diésel de 4000 kW para cuando no haya viento, este grandullón reducirá el consumo de combustibles entre un 80% y un 90%.
No está nada mal, ya que se calcula que actualmente los buques mercantes consumen el 7% del petróleo que se consume al año en el mundo.
Estos buques serán construidos en un astillero francés. Y a mediados de 2021 se botará el primero de esos barcos.
¡Magnífica noticia para todos! y quien sabe, a lo mejor a partir de esa fecha vemos a uno de estos veleros modernos en nuestro Puerto de Sevilla.
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